Las primeras plantaciones de café en Panamá se establecieron en Portobelo, Colón alrededor del año 1780 con semilla proveniente de las Antillas. En esa época, a pesar de los esfuerzos de los productores por establecer las plantaciones, se dieron cuenta que no era la mejor zona para la producción de café; así que poco a poco las áreas productivas fueron migrando principalmente hacia las tierras altas de la provincia Chiriquí.
Actualmente, el sector cafetalero está formado por 8,280 productores que cultivan cerca de 17,500 hectáreas con una producción anual estimada total de 200 mil quintales de café. Esta producción se concentra en las tierras altas de la provincia de Chiriquí, Veraguas y la Comarca Ngäbe Buglé, siendo el café arábico la especie predominante; el resto son plantaciones de café robusta concentrados en las zonas bajas de las provincias de Coclé, Colón, Darién y en la Cuenca del Canal de Panamá. Es importante resaltar que Panamá se encuentra geográficamente ubicado dentro del cinturón del café (Entre el Trópico de Cáncer y el Trópico de Capricornio), que tiene la radiación solar, el rango de temperaturas, cantidad y distribución de lluvias adecuadas para el mejor desarrollo del café, logrando una calidad de tasa sobresaliente.
Debido a las condiciones favorables para el cultivo del café, en los últimos años ha aumentado el interés por fortalecer y promover la producción de café en Panamá, pasando de ser un “commodity” (producto básico) a un producto diferenciado y/o de especialidad. De esta forma, el productor puede acceder a mercados diferenciados que les permiten ser más competitivos y obtener mejores precios de venta. Considerando que la oportunidad de la diferenciación y el acceso a nichos de mercado va de la mano con la calidad del producto ofertado, es necesario garantizar esta calidad desde que se coloca la planta en campo, pasando por la cosecha, el beneficiado del café hasta la entrega a su comprador.
Los cambios de temperatura y las variaciones en la distribución de las lluvias afectan considerablemente el café, causando variaciones en la duración de cada etapa del cultivo (floración, cosecha), lo que a su vez altera la absorción de nutrientes y la susceptibilidad a plagas y enfermedades.
A consecuencia de estas variaciones, uno de los principales retos que enfrenta el caficultor hoy, es el manejo de la roya del café, que es una enfermedad causada por el hongo Hemileia vastratix. Este hongo ataca el envés y haz de las hojas, causando la caída prematura de estas. El daño inicial se presenta con pequeñas manchas cloróticas en las hojas que van aumentando de tamaño hasta que llega a su etapa reproductiva donde se observan las esporas anaranjadas (se ve como un polvo). La esporulación y reproducción de la roya es favorecida por las siguientes condiciones:
- Aumento en la precipitación.
- Cambios en la temperatura del aire.
- Alto porcentaje de humedad relativa.
La dispersión de las esporas (avance de la enfermedad) ocurre por salpicadura del agua de lluvia, movidas por el viento y/o a través del contacto directo de los trabajadores dentro de las fincas.
En etapas tempranas la roya del café no es visible a simple vista; sin embargo, este es el momento oportuno para su control. Una vez que se observa la lesión y las esporas naranjas, el control puede ser muy deficiente y se podría llegar a perder hasta el 50% de la producción, causando grandes pérdidas económicas para el caficultor. Como todas las plagas y enfermedades es preferible trabajar con todas las medidas de prevención antes de llegar a las medidas curativas, sin embargo, situaciones como el manejo de grandes extensiones y la falta de mano de obra condicionan el manejo preventivo de las plagas y enfermedades.
Medias de control preventivas:
- Selección de variedades con tolerancia a la roya, sobretodo al momento de sembrar nuevas áreas o renovar plantaciones.
- Manejo de planes de fertilización que permitirá tener plantas más sanas y menos propensas a la incidencia de plagas y enfermedades.
- Otros factores como la densidad de la plantación y el manejo de la sombra pueden disminuir la incidencia de la roya en un cafetal.
Como hemos mencionado, el aumento de la población de la roya coincide con el inicio de la época productiva del café (formación y llenado de grano) por lo que se recomienda hacer una primera aplicación preventiva con un producto a base de cobre. Con el avance de la época lluviosa aumenta la incidencia de la roya y se vuelve cada vez más visible sino es controlada a tiempo, por lo que es necesario el uso de controles químicos con fungicidas que mantengan controlada la población del hongo. Cosmopol Forte es un producto que ofrece una solución para el control y manejo de la roya en el café ya que está formulado con dos ingredientes activos, con modos de acción sistémico y translaminar, permitiéndole así actuar de forma preventiva y curativa. Se debe aplicar mojando todas las hojas desde el envés hasta la parte superior de las mismas. Finalmente es importante resaltar que el manejo de la roya necesita un monitoreo continuo en la finca para mantener las poblaciones controladas y evitar que causen grandes daños en el cafetal.
Autor: Ing. Ana Staff